Bienvenidos al Blog del Partido Comunista del Municipio Los Guayos

El Material presentado en este Blog tiene como propósito ayudar a la formación de los camaradas de nuestro partido publicando temas vinculados con el momento que estamos viviendo. Para la ayuda de los camaradas visitantes estamos incluyendo etiquetas, las cuales los ayudaran en la localización del tema de su interes; los temas también están ordenados por fecha de publicación. En el Blog estamos también indicando el sitio donde lo pueden localizar para que pueda ser bajado de su fuente original y utilizado en charlas o cursos.

miércoles, 24 de junio de 2009

Marxismo y Comunicación

El material que sigue lo hemos conseguido en la red bajo el Titulo de Marxismo y Comunicación, el autor es José Ángel Moctezuma Pérez. Por considerarlo de importancia y por no estar en una forma que podamos reproducirlos desde la fuente lo hemos montado en nuestro blog.

lunes, 22 de junio de 2009

Karl Marx Materialismo Dialéctico y Materialismo Histórico

Este material ha sido tomado de http://www.slideshare.net/schopenhauerengdl/karl-marx-y-materialismo-dialctico, a pesar de ciertas reservas la consideramos util para efectos de enseñanza

domingo, 21 de junio de 2009

La Llamada Acumulación

Tomado de http://www.slideshare.net/Ikeracha/la-llamada-acumulacion-presentation

Materialismo Histórico

Tomado de htto://www.slideshare.net/Ivan01/materialismo-histrico-presentation

El Capital. Parte 2. Karl Marx.Cómic

Tomado de http://www.slideshare.net/posei2/el-capital-parte-2-karl-marxcmic

sábado, 20 de junio de 2009

El Capital 1.Karl Marx.Cómic

Una manera amena de comprender El Capital de Marx es esta comiquita que vimos originalmente en la página de la Juventud Comunista de Asturias y que aparece en el sitio http://slideshare.net/posei2/el-capital-1karl-marx

El Capital (esquema)

Por considerarlo de mucha ayuda, estamos tomando de la Escuela Nacional de Cuadros Guillermo Ascanio del Partido Revolucionarios de los Comunistas de Canarias, esta presentación sobre El Capital, a la cual hemos accedido a traves de http://www.slideshare.net/guest051df1/el-capital-esquema

Karl Marx, Filosofía y Política

Esta presentación la hemos tomado del sitio http://slideshare.net/minervagigia/karl-Marx, a pesar de ciertas reservas la consideramos util para efectos de enseñanza

viernes, 19 de junio de 2009

Caso "Hiperliderazgo", reseña de Ultimas Noticias "Critican hiperliderazgo de Chavez en el proceso"

Tomado de:

CadenaGlobal.com

Nacionales

Critican "hiperliderazgo" de Chávez en el proceso

Jueves 4 de junio de 2009

11:55 AM | Al defender el papel de cada ciudadano como corresponsable en la solución de los problemas de la sociedad, un grupo de intelectuales que respaldan el gobierno del presidente Hugo Chávez se reunieron.

Estos hicieron una crítica al hiperliderazgo que, a su juicio, el Jefe del Estado tiene en el actual proceso revolucionario.

La discusión formó parte del seminario "Intelectuales, Democracia y Socialismo: Callejones sin Salida y Caminos de Apertura", que se llevó a cabo los días 2 y 3 de este mes en la sede del Centro Internacional Miranda.

"El hiperliderazgo tiene una parte importante, el cesarismo progresista como lo llamó Gramsci, que es capaz de enfrentar al Estado poderoso que impide que los pueblos se desarrollen, pero esa tutela extrema infantiliza a la sociedad, que termina descorresponsabilizándose y esperando que el líder lo solucione todo", expresó Juan Carlos Monedero, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y uno de los organizadores del evento.

El historiador venezolano Vladimir Acosta propuso conformar una dirección colectiva para el proceso.

"A pesar de que el liderazgo del presidente Chávez es el espíritu y músculo de este proceso, necesita una dirección colectiva, un equipo, que pueden ser quienes colaboran más directamente con él, que contribuyan a formar una línea política, no dogmática que pertenezca a un manual, sino algo que se está construyendo, que haya opinión de las distintas cosas, que no sea sólo el Presidente el que opine, sino que ministros, funcionarios, cuadros, dirigentes, expresen su opinión", afirmó.

Sostuvo que el Partido Socialista Unido de Venezuela, hasta ahora no ha funcionado como debería, sino que ha sido "un instrumento administrativo electoral que ejecuta las propuestas que hace el Presidente", pero hace falta que se democratice en el sentido de que las decisiones sean compartidas y discutidas.

Añadió que en ese liderazgo colectivo pueden y deben participar los partidos que apoyan el proceso que vive el país.

La crítica constructiva a la marcha del proceso fue el punto central del seminario, cuyo objetivo fue dejar en claro el papel del intelectual, con la crítica como su principal arma.

Juan Carlos Monedero explicó que hasta ahora los intelectuales se han pasado 10 años defendiendo el proceso porque está asediado, pero desatendieron el papel del intelectual.

Entre las críticas que se hacen, mencionó la mentalidad rentista de los venezolanos, el hiperliderazgo ya mencionado y la ineficiencia del Estado junto a la Corrupción.

José Luis Carrillo/ Ultimas Noticias

Reseña de lo que dijo Juan Carlos Monedero, "La revolución está en una encrucijada"

Juan Carlos Monedero: "La revolución está en una encrucijada"

Últimas Noticias (Hugo Prieto) - www.aporrea.org

14/06/09 - www.aporrea.org/ideologia/n136395.html

Juan Carlos Monedero

Credito: ALEJANDRO VAN SCHERMBEEK

A principios de mes se celebró el encuentro "Intelectuales, democracia y socialismo: callejones sin salida y caminos por recorrer". Uno de sus organizadores fue Juan Carlos Monedero, responsable de formación del Centro Internacional Miranda. Apenas se abrió el derecho de palabra, con la propia intervención de Monedero, surgió la autocrítica más profunda que se ha hecho filas adentro, es necesario aclararlo del proceso bolivariano.

Intelectuales que no tienen ningún reparo en manifestar su apoyo al presidente Chávez, pusieron el dedo en la llaga en temas tan apremiantes como la conformación del Psuv (visto como instrumento de la revolución), la gestión gubernamental, el modelo económico y la participación popular, entre otros. El balance es una radiografía que muestras aciertos y fracasos, sin atenuantes. Las críticas más acérrimas llovieron desde el chavismo, en especial sobre lo que Monedero denomina como un "liderazgo acomodaticio", funcionarios "que no resisten una auditoría".

Pero esto es el mero síntoma de una enfermedad, cuyo pronóstico es reservado. "La revolución bolivariana está en una encrucijada", sentencia Monedero. Los cinco fantasmas de la cultura política del país (ver registro verbal) generan, precisamente, ese tipo de liderazgo. ¿Qué significa esto? "Los diferentes niveles del país, en lugar de hacer el esfuerzo de buscar sus soluciones, esperan que sea el liderazgo del Presidente el que baje esas soluciones. Que resuelva todo y quedan las preguntas ¿dónde están los documentos teóricos de la revolución bolivariana?, ¿dónde están las diferentes sensibilidades ideológicas? Es un problema terrible".

En el seminario hubo coincidencia en tres puntos. Uno, "la importancia del liderazgo del presidente Chávez". Dos, "el flaco favor que le hace a Venezuela una oposición, cuyo único objetivo es regresar al pasado". Tres, "los enormes logros del proceso bolivariano". Si bien el liderazgo del Presidente resultó "crucial para superar el callejón sin salida de la IV República, ahora resulta necesario impulsarlo hacia otro momento para que este proceso pudiera seguir avanzando.

Lo que buscamos es empoderar al pueblo y que el Presidente lidere ese empoderamiento".

Las críticas no se hacen desde las filas del chavismo sino desde los medios de comunicación tradicionales, cuyo interés no es señalar errores y claroscuros ideológicos, sino poner de manifiesto el empantanamiento.

El Presidente fue la principal virtud, junto con el pueblo, que ha permitido el advenimiento de la V República. De lo que se trataba es que no se convierta en un vicio y por tanto ese liderazgo, tan relevante, hay que repensarlo en otra dirección, porque la propia fuerza de Chávez ha generado lo que yo llamo ese liderazgo acomodaticio. Decía Ludovico Silva que si los loros fueran marxistas, serían marxistas ortodoxos.

Creo que podemos decir que si los loros fueran chavistas serían chavistas ortodoxos. Por fortuna el Presidente es el primer heterodoxo del país. Esa fortaleza genera problemas que podemos identificarlos en tres áreas: el consejo de ministros, la Asamblea Nacional y el Psuv, que en mi opinión, creo que no terminan de funcionar.

¿A qué problemas se refiere?

Si ministros, diputados o cuadros del partido renuncian a disentir con el Presidente, si renuncian incluso a ser abogados del diablo, no se están ganando el sueldo. Si el consejo de ministros calla hasta que el Presidente baje línea, si la Asamblea Nacional hace algo similar, al igual que el Psuv no se está ayudando al Presidente para que mande obedeciendo.

Al presidente Chávez le encanta bajar línea. Es el primero que le pide al TSJ que `actúe’. Es el primero que le pide a la Asamblea Nacional que apruebe una ley.

Es el retrato hablado de lo que usted menciona. ¿Cómo se supera eso?

Se supera saliendo de ese liderazgo acomodaticio. Insisto, el ministro que no disienta con el Presidente y con otros ministros, no se está ganando el sueldo. El diputado que no disienta con la presidenta de la Asamblea o con el Presidente, de manera que de ese debate dialéctico surja la mejor propuesta, no se está ganando el sueldo. El militante del Psuv, de cualquier batallón o de la dirección nacional, que no disienta o que silencie su voz alternativa, no se está ganando el sueldo y encima le están haciendo un flaco favor a Venezuela, porque el Presidente va acumulando responsabilidades, cada vez más, y al final dinamita lo que fue el corazón de este proceso. Es decir, mandar obedeciendo y de esa forma recuperar una forma de democracia que no existía y que enamoró y sigue enamorando a tanta gente, aquí y en América Latina.

Al escucharlo, uno piensa que la revolución bolivariana está en una encrucijada.

Sí, sí. Estoy de acuerdo.

¿O se retoma el camino o se llega al despeñadero?

Cuando uno mira la historia de las revoluciones, uno se da cuenta que se empezaron a pudrir cuando se frenó la crítica, cuando se silenció el debate. Yo he escuchado a guerrilleros decir que no tuvieron miedo cuando estaban en la montaña y que en cambio ahora se tientan la ropa antes de hablar en determinados lugares para que estos burócratas de la revolución no los perjudiquen. Si hago una comparación en seis años que llevo aquí, diría que la Lámpara de Diógenes era un programa ofensivo, La Hojilla es un programa defensivo.

Creo que es necesario recuperar la frescura que tenía el proceso revolucionario y que algunos vemos que se está perdiendo y está siendo sustituida por una burocratización, en la que hay un exceso de monólogo.

Si el disentimiento y la crítica no tienen una expresión, que además tenga utilidad, ¿usted cree que la figura del presidente Chávez va a permanecer incólume frente a los procesos políticos y sociales que se están dando?

Si en el seminario hablamos de hiperliderazgo es porque creemos que esa forma de ejercer el poder debilita al Presidente.

Estamos absolutamente convencidos de que la figura del Presidente es indispensable al día de hoy en la marcha de este proceso. De ahí mi enfado con aquellos que se acomodan a ese liderazgo, algo que me recuerda mucho a los extras de las películas, que se tapan el rostro para poder salir en más escenas. Son personas que se escudan en el portaviones Chávez para ellos no recibir ningún tipo de daño. Pero al final, como decía Fidel Castro, el presidente Chávez no puede ser el alcalde de todos los pueblos de Venezuela. Eso, por un lado, lo refuerza para tener el máximo poder, pero por otro lo deja absolutamente vulnerable.

En Cuba se demostró que hubo continuidad del sistema político a pesar del hiperliderazgo de Fidel Castro. Si aquí ocurriera algo similar, ¿qué pasaría?

Cuando el Presidente decide impulsar al Psuv, creo que hace una reflexión muy honesta y muy sincera que es precisamente esta: si yo falto este proceso se cae. Creo que el impulso de un partido de la revolución tenía esa angustia. La necesidad de blindar un proceso que es la garantía de que las mayorías de este país tengan esperanza, en caso de que el Presidente faltara. Creo que hay mucho por hacer. Hace unos cuantos años dije que el mayor éxito del presidente Chávez será cuando haya 100 personas que lo puedan sustituir sin ningún tipo de quiebra. Ojalá de esas 100 personas, 80 sean mujeres. Creo que es una asignatura pendiente. En 10 años, la revolución no ha hecho una escuela de formación ni de cuadros del partido ni de funcionarios del Gobierno.

¿El Centro Internacional Miranda no es eso?

No funciona como tal, tampoco ha tenido los recursos para hacerlo.

Formamos una cohorte, luego esa cohorte se mantuvo en la Escuela Venezolana de Planificación, pero con la rotación enorme que hay con los cuadros ministeriales en Venezuela, no hay continuidad al respecto.

Hay funcionarios que pasan de un ministerio a otro y se llevan consigo a un grupo de burócratas que los siguen fielmente como si se tratase de un ejército personal.

Esa es una señal de debilidad del Estado. Por otra parte hay ministros que llevan tanto tiempo en el Gobierno, que creen que el ministerio les pertenece, hasta el punto que cuando son relegados, exigen a quienes ellos creen que son sus fichas, que renuncien. Incluso cuando regresan, aquellos que no abandonaron el barco los han botado. No tiene sentido que en un mismo gobierno, un cambio de ministro implique la salida de 200 personas. Eso supone una discontinuidad que no se la podría permitir un país rico y yo me pregunto, ¿se lo puede permitir Venezuela? Toda transformación política supone una reinvención de la función pública. Es decir, salir del cuadro funcionarial del antiguo régimen y sentar las bases de un nuevo cuerpo funcionarial que sea leal con las nuevas formas constitucionales y la nueva lógica política. En Venezuela eso está pendiente.

Con la urgencia se implementaron las misiones, pero llega un momento en que las institucionalizas o se desploman, porque la mística no funciona de una manera permanente.

El partido se confunde con el Estado, con la sociedad, con las misiones, con los consejos comunales. ¿No es el cáncer que llevó a la tumba al socialismo del siglo XX?

Eduardo Galeano, que no pudo venir, me escribió hace un par de días felicitándonos por el seminario y el tono crítico del mismo. Recordándonos, además, que repetir el pasado sería el fin de la revolución bolivariana. Y que actos como el que organizamos en el CIM es una señal de que estamos aprendiendo de los errores. Venezuela no era un país que destacaba por sus movimientos sociales. No había un sistema de partidos políticos que permitiera articular a sectores críticos. Por lo tanto, las respuestas para cancelar la enorme deuda social tuvieron que impulsarse desde arriba. Pero no hay socialismo si no hay socialistas. Igual que no hay cooperativismo si no hay cooperativas. Ahora mismo, la revolución está en una encrucijada para no repetir los errores, por ejemplo, del PRI.

No nos vayamos a la URSS sino a un referente más cercano. El PRI (México) seguía llamándose Partido Revolucionario Institucional y desde arriba construyó sindicatos, organizaciones, redes sociales, pero que en el fondo eran todas formas burocráticas de control.

¿No le da miedo coincidir con Vargas Llosa, que caracterizó al PRI como la dictadura perfecta?

Venezuela puede aprender de esos errores y no repetirlos.

Por eso la crítica debe estar, ahora mismo, en el corazón del proceso.

REGISTRO VERBAL

Juan Carlos Monedero, en algo más de seis años, ha estudiado lo que en teoría marxista podría denominarse como la formación histórica y social de Venezuela. Al identificar las pulsiones que moldean el carácter del país, Monedero habla de "cinco fantasmas que siempre han revoloteado en su historia". En parte, la V República los "ha solventado parcialmente, porque siempre están ahí, dispuestos a regresar y todos confluyen en la figura histórica de un líder necesario". Por eso, el tema del liderazgo refiere a un nudo central de la democracia venezolana. Y eso es algo que se debería tener muy en cuenta.

El primer fantasma. La mentalidad rentista: que, de alguna manera, "hace descansar en la figura del líder la solución de todos los problemas". La imagen más acabada la transmitió el canal 8, "la señora que con un niño en brazos, decía: con Chávez, por fin, me ha caído mi chorrito de petróleo". Ese liderazgo, así entendido, infantiliza y por tanto no permite que el pueblo sea corresponsable de la marcha de su destino.

El segundo fantasma. El centralismo. "Es cierto que la descentralización se utilizó como palanca de penetración del neoliberalismo, pero centralizar todo en una persona es problemático.

Aquello que decía Robespierre, Rosa Luxemburgo y Trosky. El partido sustituye a la sociedad, el comité central al partido y el secretario general al comité central".

El tercer fantasma. El militarismo. "Con la unión cívico militar se ha dado un salto de gigante. Que en vez de fotos del presidente de Estados Unidos haya fotos del Che Guevara en los cuarteles es una esperanza. Pero el militarismo vuelve a recurrir a la idea del comandante en jefe, que de alguna manera es quien solventa ese problema".

El cuarto fantasma. El clientelismo partidista, que de algún modo regresa: "ayer era adeco y hoy es del Psuv. Es un tremendo error. Los burócratas de la revolución creen que alguien les ha dado la orden de que si no se está afiliado al Psuv no se tiene el acceso a la ciudadanía. De ahí surge la idea, por ejemplo, de que consejos comunales y Psuv es lo mismo".

El quinto fantasma. Corrupción e ineficiencia. "Dos caras de la misma moneda. Es la ausencia de Estado. De hecho, Venezuela es el único país de América Latina que no tiene un Instituto Nacional de Administración Pública. Las cosas que tienen que ver con la administración pública están en una esquina del Ministerio de Planificación".

Vladimir Acosta, "Proceso Venezolano requiere de una dirección colectiva"

Tomado de YVKE Mundial

Vladimir Acosta: Proceso venezolano requiere de una dirección colectiva

El analista político considera que en un proceso como el que se vive en Venezuela tiene que abrirse espacio para la crítica y la perdida del temor ante la crítica.

MARTES, 2 DE JUN DE 2009. 3:06 PM

Profesor Vladimir Acosta

Para el analista político Vladimir Acosta la falta de una línea política, la ausencia de una dirección colectiva y la carencia de un partido revolucionario son problemas que persisten en medio de los logros alcanzados durante los últimos 10 años en Venezuela, pero de no actuarse en este sentido se corre el riesgo de constituirse en obstáculos que frenen el avance del proceso de transformación que se vive en el país.

Durante su participación en el jornada de reflexión “Intelectuales del Socialismo”, Acosta expresó que “en medio de esos logros y asociados a estos hay problemas, que no se ven, se ocultan o se subestiman, y son problemas importantes que en la medida en que se acumulan se convierten en amenazas contra el avance y la profundización de este proceso”.

Haciendo una suerte de auto evaluación, identificó tres problemas claves que han persistidos en los últimos años, entre estos la falta de una línea política o programa político claro. Sobre este particular aclaró que pese a estar soportado en la ideología del Socialismo del siglo XXI, el proceso que se vive en Venezuela está sustentado en una idea genérica, en construcción.

“Este proceso ha llegado a través de una secuencia de hechos, al principio lo que había era sensibilidad social, luego se asumió una posición antiimperialista y finalmente se ha ido asumiendo el Socialismo del siglo XXI”, refirió.

Por lo que insiste en señalar que persisten una serie de aspectos que no están claros, entre estos la línea política de este proceso, exceptuando lo que el presidente Hugo Chávez va estableciendo como línea política, lo cual a juicio de Acosta genera un problema.

Acosta señaló que al anterior problema se le suma la falta de una dirección colectiva, que refuerce la actuación del Presidente y por consiguiente los vínculos entre éste y la población.

Con lo cual –aclaró- no se pretende hacer un cuestionamiento del liderazgo de Chávez, que goza de una sólida aceptación en la población, lo que se persigue es llamar la atención sobre la necesidad de una dirección política que sirva de soporte y respaldo, en virtud de que el Presidente no puede hacer todo ni estar en todas partes.

Al manifestar que se está lejos de contar con una dirección colectiva, el historiador indicó que “la relación sigue siendo del Presidente con el pueblo, pero los dirigentes y los cuadros políticos son desconocidos, ignorados o hasta rechazados por la propia población”.

Como tercer problema, Acosta identificó la ausencia de un partido revolucionario, al asegurar la inexistencia de un partido revolucionario, “el PSUV no es un partido, hasta ahora ha sido un instrumento administrativo y electoral para aplicar la línea política que el presidente Chávez va estableciendo, no es un partido político todavía”.

En este particular, alertó sobre el peligro que se corre cuando las organizaciones políticas se constituyen desde arriba, ya que suelen plegarse personas que no están identificadas con la ideología que la sustentan. “En el PSUV hay mucho revolucionarios, pero también hay quienes anda buscando obtener algún beneficio”.

A la par de este señalamiento, hizo énfasis en la necesidad de que existan diversas organizaciones políticas que contribuyan en generar una riqueza en las discusiones. “No tendría porque haber un sólo partido, (…) porque un partido más grande y más poderoso, genera arrogancia, prepotencia y malas relaciones con los propios aliados”.

Acosta consideró que en un proceso como el que se vive en Venezuela tiene que abrirse espacio para la crítica y la perdida del temor ante la crítica, desterrando así cualquier vestigio de temor por la descalificación en respuesta a dicha acción.

Vladimir Villegas, "Tiempos de cambio"

Tiempos de cambio

El hiperliderazgo de Chávez

Vladimir Villegas - www.aporrea.org

17/06/09 - http://www.aporrea.org/ideologia/a80210.html

El presidente Chávez dijo estar dispuesto a debatir los criterios expresados por intelectuales de izquierda con respecto a algunos problemas centrales de la revolución bolivariana, pero resintió sobre manera el concepto de “hiperliderazgo” que le atribuyó uno de sus participantes, el catedrático español Juan Carlos Monedero.

La “hiperpresencia” del Presidente es una realidad inocultable. Ni la oposición niega que la fuerza de su liderazgo ha sido decisiva para impulsar cambios significativos en el sistema político y en el ámbito social Y su capacidad de identificación con la forma de ser y con las necesidades de los sectores más empobrecidos no es moneda corriente en la Venezuela de hoy. Precisamente allí ha estado la clave o una de las claves de sus éxitos políticos.

Ciertamente, el liderazgo personal, el sello individual, juega un rol importante en los procesos sociales, pero al fin y al cabo son los pueblos quienes hacen la historia, aunque esta aseveración, confirmada en tantas circunstancias de la humanidad, no sea del agrado de quienes viven y sobreviven políticamente a la sombra de ese hiper liderazgo descrito por Monedero.

El presidente Chávez es, sin duda, el principal responsable de lo que Monedero llama “hiperliderazgo”. Todas o casi todas las decisiones de trascendencia en el Estado tienen su impronta. Los integrantes de la actual Dirección Nacional del PSUV pasaron por el filtro de su “visto bueno” antes de ser sometidos al voto de la militancia. Lo mismo puede decirse de los integrantes de la Asamblea Nacional y de los alcaldes y gobernadores. Difícilmente, salvo excepciones muy conocidas y que tienen explicaciones muy poderosas, no ha habido gobernador de las filas psuvistas que no contara con su aval. Y, muy seguramente, esto ocurrirá otra vez cuando se elija, en 210, al nuevo parlamento.

Pero Chávez no es el único responsable de esta situación. Su entorno más cercano en lo político, lo burocrático y lo militar, que por cierto se confunden entre sí, vive estimulando, salvo excepciones, ese hiperliderazgo. Y lo hace como un escudo protector frente a las naturales críticas hacia una gestión que si bien ha tenido logros indiscutibles también muestra el feo rostro de la ineficacia, la desidia y la corrupción. Entonces cualquier crítica a una falla en el Metro, a un ministro que no cumple sus responsabilidades o a un gobernador flojazo o pillo se atribuye sin el menor rubor al anti-chavismo de quien o quienes protestan o se quejan.

Y en cuanto al partido, al parlamento y al gobierno, sobrada razón tiene Monedero cuando dice que aquel ministro, diputado o dirigente que no hace críticas u observaciones necesarias al Presidente o a una decisión o ley no está cumpliendo con su trabajo.

Otras sociedades como la soviética y la china, por ejemplo, sufrieron las consecuencias del hiperliderazgo, devenido en personalismo y caudillismo, lo cual le hizo un severo daño a la idea socialista, al costo que ya conocemos. Lástima que para muchos revolucionarios de hoy sea una herejía tocar este tema, y prefieran seguir haciendo concesiones al culto a la personalidad, en lugar de asumir la responsabilidad de alertar a tiempo sobre los peligros que esta desviación entraña.

Antonio Gramsci, "El Cesarismo"

Tomado de:

www.gramsci.org.ar

Tambien se puede hacer la busqueda a traves de google:

Antonio Gramsci

Cuadernos de la Carcel

Edición Crítica del Instituto Gramsci

A cargo de Valentino Gerratano


EL CESARISMO

César, Napoleón I, Napoleón III, Cromwell, etc. Compilar un catálogo de los acontecimientos históricos que culminaron en una gran personalidad "heroica".

Se puede decir que el cesarismo expresa una situación en la cual las fuerzas en lucha se equilibran de una manera catastrófica, o sea de una manera tal que la continuación de la lucha no puede menos que concluir con la destrucción recíproca. Cuando la fuerza progresiva A lucha con la fuerza regresiva B, puede ocurrir no sólo que A venza a B o viceversa, puede ocurrir también que no venzan ninguna de las dos, que se debiliten recíprocamente y que una tercera fuerza C intervenga desde el exterior dominando a lo que resta de A y de B. En Italia, luego de la muerte de Lorenzo el Magnífico,* ha ocurrido precisamente esto.

* A la muerte de Lorenzo el Magnifico (1492) sucede en Italia la ruptura del equilibrio existente entre los diversos estados y se abre un período de decadencia total y de desmembramiento de la Península. [E.]

Pero si bien el cesarismo expresa siempre la solución "arbitraria", confiada a una gran personalidad, de una situación histórico-política caracterizada por un equilibrio de fuerzas de perspectiva catastrófica, no siempre tiene el mismo significado histórico. Puede existir un cesarismo progresista y uno regresivo; y el significado exacto de cada forma de cesarismo puede ser reconstruido en última instancia por medio de la historia concreta y no a través de un esquema sociológico. El cesarismo es progresista cuando su intervención ayuda a las fuerzas progresivas a triunfar aunque sea con ciertos compromisos y temperamentos limitativos de la victoria, es regresivo cuando su intervención ayuda a triunfar a las fuerzas regresivas, también en este caso con ciertos compromisos y limitaciones, los cuales, sin embargo, tienen un valor, una importancia y un significado diferentes que en el caso anterior. César y Napoleón I son ejemplos de cesarismo progresivo. Napoleón III y Bismark de cesarismo regresivo.

Se trata de ver si en la dialéctica "revolución-restauración" es el elemento revolución o el elemento restauración el que prevalece, ya que es cierto que en el movimiento histórico jamás se vuelve atrás y no existen restauraciones in toto. Por otro lado el cesarismo es una fórmula polémico-ideológica y no un canon de interpretación histórica. Pueden darse soluciones cesaristas aun sin un César, sin una gran personalidad "heroica" y representativa. El sistema parlamentario dio también un mecanismo para tales soluciones de compromiso. Los gobiernos "laboristas" de Mac-Donald eran hasta cierto punto soluciones de este tipo; el grado de cesarismo se intensificó cuando se formó el gobierno con Mac-Donald como presidente y la mayoría conservadora. Así en Italia, en octubre de 1922, hasta la separación de los "populares" * y luego gradualmente hasta el 3 de junio de 1925, y aún hasta el 8 de noviembre de 1926, se dio un movimiento político-histórico en el cual se sucedieron diversas formas de cesarismo hasta una forma más pura y permanente, aunque no inmóvil y estática. Todo gobierno de coalición es un grado inicial de cesarismo, que puede o no desarrollarse hasta los grados más significativos (como es natural la opinión generalizada es, en cambio, la de que los gobiernos de coalición constituyen el más "sólido baluarte" contra el cesarismo). En el mundo moderno, con sus grandes coaliciones de carácter económico-sindical y político de partido, el mecanismo del fenómeno cesarista es muy diferente del que existió en la época de Napoleón III. En el período hasta Napoleón III las fuerzas militares regulares o de línea constituirían un elemento decisivo para el advenimiento del cesarismo, que se verificaba a través de golpes de estado bien precisos, con acciones militares, etcétera.

* Después de la marcha sobre Roma y del triunfo de Mussolini, los "populares" (antecesores directos del actual partido italiano Demócrata-cristiano) sumaron sus votos a los fascistas en las elecciones del 17 de noviembre de 1922, participando luego en el gobierno. Después de algunas discrepancias entre el dirigente Don Sturzo y las altas jerarquías de la iglesia, el partido decide presentarse en forma separada en las elecciones del 26 de enero de 1924, rechazando posteriormente su incorporación a un frente único de oposición al fascismo. El 3 de enero de 1925, el gobierno de Mussolini suprime la libertad de prensa y el 9 de noviembre de 1926, la cámara de diputados declara disueltos a los partidos de la oposición y expulsa de dicha cámara a sus representantes. [E.]

En el mundo moderno, las fuerzas sindicales y políticas, con medios financieros incalculables puestos a disposición de pequeños grupos de ciudadanos, complican el problema. Los funcionarios de los partidos y de los sindicatos económicos pueden ser corrompidos o aterrorizados, sin necesidad de acciones militares en vasta escala, tipo César o 18 Brumario. Se reproduce en este campo la misma situación examinada a propósito de la fórmula jacobino-cuarentiochesca de la llamada "revolución permanente". La técnica política moderna ha cambiado por completo luego de 1848, luego de la expansión del parlamentarismo, del régimen de asociación sindical o de partido, de la formación de vastas burocracias estatales y "privadas" (político-privadas, de partido y sindicales) y las transformaciones producidas en la organización de la policía en sentido amplio, o sea no sólo del servicio estatal destinado a la represión de la delincuencia, sino también del conjunto de las fuerzas organizadas del estado y de los particulares para tutelar el dominio político y económico de las clases dirigentes. En este sentido, partidos "políticos" enteros y otras organizaciones económicas o de otro tipo deben ser considerados organismos de policía política, de carácter preventivo y de investigación. El esquema genérico de las fuerzas A y B en lucha con una perspectiva catastrófica, es decir con la perspectiva de que no venzan ninguna de las dos en la lucha por constituir (o reconstituir) un equilibrio orgánico del cual nace (puede nacer) el cesarismo, es precisamente una hipótesis genérica, un esquema sociológico (cómodo para el arte político). Esta hipótesis puede tornarse cada vez más concreta, elevarse a un grado mayor de aproximación a la realidad histórica concreta si se precisan algunos elementos fundamentales.

Así, hablando de A y de B se dijo solamente que se trataba de dos fuerzas, progresista una y regresiva la otra, pero en un sentido general. Se puede precisar de qué tipo de fuerzas progresistas o regresivas se trata y obtener así una mayor aproximación. En el caso de César o de Napoleón I, puede decirse que aun siendo A y B distintas y contradictorias, no eran sin embargo tales como para que no pudiesen en "absoluto" llegar a una fusión y una asimilación recíproca luego de un proceso molecular; lo que efectivamente ocurrió, al menos en cierta medida (suficiente no obstante para los fines histórico-políticos de la cesación de la lucha orgánica fundamental y por ende de la superación de la fase catastrófica). Este es un elemento de mayor aproximación. Otro elemento es el siguiente: la fase catastrófica puede emerger por una deficiencia política "momentánea" de la fuerza dominante tradicional, y no ya por una deficiencia orgánica necesariamente insuperable. Hecho que se verificó en el caso de Napoleón III. La tuerza dominante en Francia desde 1815 a 1848 se había escindido políticamente (facciosamente) en cuatro fracciones: legitimista, orleanista, bonapartista y jacobino-republicana. Las luchas internas de facción eran tales como para tornar posible el avance de la fuerza antagónica B (progresista) en forma "precoz"; sin embargo, la forma social existente no había agotado aún sus posibilidades de desarrollo, cómo lo demostraron abundantemente los acontecimientos posteriores. Napoleón III representó (a su modo, según su estatura, que no era grande) estas posibilidades latentes e inmanentes; su cesarismo tuvo por consiguiente una tonalidad particular. El cesarismo de César y Napoleón I ha sido, por así decirlo, de carácter cuantitativo-cualitativo, o sea representó la fase histórica del paso de un tipo de estado a otro tipo, un pasaje en el cual las innovaciones fueron tantas y de características tales como para representar una verdadera revolución. El cesarismo de Napoleón III fue única y limitadamente cuantitativo, no hubo un pasaje de un tipo de estado a otro tipo de estado, sino apenas una "evolución" del mismo tipo, según una línea ininterrumpida.

En el mundo moderno los fenómenos de cesarismo son totalmente diferentes, tanto de los de tipo progresista César-Napoleón I. cómo también de aquellos del tipo Napoleón III, si bien se aproximan a estos últimos. En el mundo moderno el equilibrio de perspectivas catastróficas no se verifica entre fuerzas que en última instancia pudiesen fundirse y unificarse, aunque fuera luego de un proceso fatigoso y sangriento, sino entre fuerzas cuyo contraste es sanable desde un punto de vista histórico, y que se profundiza especialmente con el advenimiento de formas cesaristas. Sin embargo el cesarismo tiene también en el mundo moderno un cierto margen, más o menos grande, según los países y la fuerza que ellos tengan en la estructura mundial, ya que una forma social "siempre" tiene posibilidades marginales de desarrollo ulterior y de sistematización organizativa y especialmente puede basarse en la relativa debilidad de la fuerza progresista antagónica, por la naturaleza y el modo peculiar de vida de la misma, debilidad que es necesario mantener: por ello se ha dicho que el cesarismo moderno más que militar, es policial.

Sería un error de método (un aspecto del mecanicismo sociológico) considerar que en los fenómenos de cesarismo, tanto progresista como regresivo o de carácter intermedio episódico, todo el nuevo fenómeno histórico sea debido al equilibrio de las fuerzas "fundamentales": es necesario ver también las relaciones existentes entre los grupos principales (de distintos géneros; social-económico y técnico-económico) de las clases fundamentales y las fuerzas auxiliares guiadas o sometidas a la influencia hegemónica. Así, no se comprendería el golpe de estado del 2 de diciembre sin estudiar la función de los grupos militares y de los campesinos franceses.

Un episodio histórico muy importante desde este punto de vista, es en Francia, el affaire Dreyfus; él también entra en esta serie de observaciones, no porque haya conducido al "cesarismo’’ sino justamente por lo contrario: porque impidió el advenimiento de un cesarismo que se estaba preparando y que tenía un carácter completamente reaccionario. Sin embargo, el movimiento Dreyfus es característico porque son los elementos del bloque social dominante quienes desbaratan el cesarismo de la parte más reaccionaria del mismo bloque, apoyándose no en los campesinos, en el campo, sino en los elementos subordinados de la ciudad guiados por el reformismo socialista (pero apoyándose también en la parte más avanzada del campesinado). Del tipo Dreyfus encontramos otros movimientos histórico-políticos modernos, que no son por cierto revolucionarios, pero que tampoco son por completo reaccionarios, al menos en el sentido de que destruyen en el campo dominante las cristalizaciones estatales sofocantes e imponen en la vida del estado y en las actividades sociales un personal diferente y más numeroso que el precedente. Estos movimientos pueden tener también un contenido relativamente "progresista" en cuanto indican que en la vieja sociedad existían en forma latente fuerzas activas que no habían sido explotadas por los viejos dirigentes; "fuerzas marginales", quizás, pero no absolutamente progresivas en cuanto no pueden "hacer época". Lo que las torna históricamente eficientes es la debilidad constructiva de la fuerza antagónica y no una fuerza íntima propia, de allí entonces que estén ligadas a una determinaría situación de equilibrio de fuerzas en lucha, ambas incapaces de expresar en su propio campo una voluntad propia de reconstrucción.

(1932-1934.)

"Culto a la Personalidad" del Manual del Marxismo-Leninismo, Academia de Ciencias de la URSS

Tomado del:

Manual del Marxismo-Leninismo

Academia de Ciencias de la URSS

Edición: Grijalbo, Méjico 1960

El culto a la personalidad va contra el marxismo-leninismo.

El marxismo-leninismo afirma que el papel decisivo en la historia corresponde a la actividad y la lucha de clase de las masas populares. Sólo relacionándolo con la lucha de clases, con la actividad de las masas populares, con las necesidades sociales que esta lucha engendra, podemos comprender el verdadero papel de los dirigentes.

Tal concepción de la historia es incompatible con el culto a la personalidad, con la veneración de los dirigentes, a los que se atribuyen sobrenaturales méritos y cualidades. El culto a la personalidad es una ideología contraria al marxismo, que procede de las concepciones del feudalismo y del individualismo burgués.

Al propio tiempo, el culto a la personalidad repercute desfavorablemente en la actuación práctica y se enfrenta con las necesidades e intereses del movimiento socialista.

La desenfrenada exaltación del dirigente y la exageración de sus méritos, quiérase o no, influye nocivamente en las masas y deforma su educación. El culto a la personalidad crea entre las masas la errónea creencia de que las tareas que se plantean ante los trabajadores puede cumplirlas alguno otro, de que la capacidad y los méritos del dirigente dan base a los millones de dirigidos para confiar por completo en el gran hombre, para seguir pasivamente los proyectos e indicaciones del "jefe" que todo lo sabe y todo lo tiene previsto, haciendo así innecesario que los hombres de filas del movimiento socialista piensen por su cuenta, manifiesten iniciativa, creen e influyan activamente sobre la marcha de los acontecimientos. Tales opiniones relajan la conciencia de responsabilidad de cada trabajador por el porvenir y el éxito del movimiento socialista, debilitan en ellos el inapreciable sentimiento de saberse dueños de su destino, que de manera tan rotunda se afirma en La Internacional:

Ni en dioses, reyes ni tribunos

está el supremo salvador,

nosotros mismos realicemos

el esfuerzo redentor.

Más aún. Si de la ideología pasamos a la práctica, el culto a la personalidad reduce y quebranta inevitablemente el profundo espíritu democrático que acompaña orgánicamente al movimiento socialista. Este culto restringe las normas de vida trazadas por la práctica, que ayudan a las masas a incorporarse activamente al movimiento, y a los dirigentes a aprender de las masas, a resumir la experiencia de su actividad y su lucha. En vez de esto surgen otras normas, por las que se conceden al dirigente derechos extraordinarios, que transportan el centro de gravedad de la dirección a las decisiones, indicaciones y directrices individuales. Esto anula no ya el deseo, sino la misma posibilidad de que millones de trabajadores manifiesten iniciativa y desplieguen toda su actividad creadora.

El culto a la personalidad se opone, pues, a la incorporación de las grandes masas a la lucha contra el capitalismo y a la construcción de la sociedad socialista. Y ello es así cuando una de las grandes ventajas del movimiento socialista reside justamente en su capacidad para despertar a millones de trabajadores para la creación histórica. En la lucha por la supresión del capitalismo y la construcción del socialismo es de gran importancia utilizar esta superioridad al máximo. Las tareas del movimiento socialista son tan ingentes que jamás podrá cumplirlas por si solo un individuo, aun dotado de la mayor capacidad, sin la participación activa de las masas populares. Ni el mayor de los genios puede reemplazar al discernimiento colectivo de las masas y del Partido; la experiencia personal, aun la más valiosa y completa, no será capaz de sustituir a la experiencia colectiva de millones de hombres; ni la más grande de las hazañas personales podrá suplir la hazaña de las masas trabajadoras que se han puesto en pie para la lucha contra el capitalismo y que construyen el socialismo.

De todo esto se desprende que el culto a la personalidad causa un perjuicio directo al movimiento socialista, por cuanto restringe la posibilidad de poner en juego sus grandes ventajas históricas.

Además, en un ambiente de culto a la personalidad se hace posible la incorporación al movimiento socialista de fenómenos que nada tienen que ver con su naturaleza, accidentales y hasta nocivos, que guarden relación con unos u otros rasgos negativos de determinados dirigentes.

Decíamos antes que una u otra persona se coloca a la cabeza de la clase o del movimiento gracias a determinadas cualidades necesarias. Ellas son las que, en lo fundamental y principal, hacen que los actos de esta persona reflejen las necesidades de la clase o del movimiento que dirige. Pero junto a esas cualidades necesarias, el dirigente puede poseer rasgos personales que, aun siendo secundarios, sean capaces, en determinadas condiciones, de influir desfavorablemente sobre su labor.

J. V. Stalin, por ejemplo, llegó a dirigente gracias a una serie de cualidades personales necesarias para el movimiento socialista, como su fidelidad a la causa de la clase obrera, su gran capacidad como organizador y teórico, su voluntad de hierro y su intransigencia en la lucha con los enemigos. Todo esto le permitió cumplir un señalado papel en el movimiento revolucionario y en la construcción del socialismo en la U.R.S.S., así como en el movimiento obrero internacional.

Pero Stalin poseía otros rasgos de carácter: brusquedad, intolerancia hacia la opinión ajena, una desconfianza enfermiza; también era caprichoso. En condiciones normales, nada de esto podía causar un daño sensible. Lo habrían impedido las normas de vida de la sociedad socialista, del Partido y del movimiento obrero, que imponen la dirección colectiva, un eficaz control de las masas sobre los dirigentes, una amplia democracia para los trabajadores, la crítica y la autocrítica. Mas la situación en que transcurrió la actividad de Stalin no era ordinaria. La construcción del socialismo en un país económicamente atrasado, en unas condiciones de cerco capitalista y de encarnizada lucha de clases y ataques de las corrientes hostiles al Partido, exigía una especial centralización. Stalin trató de llevar esta centralización al máximo, concentrando en sus manos un poder excesivo y violando los principios de la dirección colectiva por los que los Partidos Comunistas se rigen. En tales condiciones, sus rasgos personales negativos comenzaron a ejercer cierta influencia sobre su labor en el Gobierno y en el Partido, y, por tanto, sobre la propia vida del Partido y del país. Así fueron posibles algunos fenómenos profundamente ajenos al marxismo-leninismo y al socialismo como sistema social: abandono de los principios democráticos en cuestiones importantes de la política, graves transgresiones de la legalidad socialista, represiones infundadas, nombramiento para cargos importantes de personas totalmente incapaces y extrañas al Partido que se habían ganado su confianza por su servilismo y espíritu adulador.

Estos fenómenos negativos, se entiende, no alteraron la naturaleza socialista de la sociedad soviética. También en ese período siguió ésta avanzando por la vía socialista, por la vía del robustecimiento de la propiedad social sobre los medios de producción, de rápido incremento de las fuerzas productivas, de ascenso del bienestar, la cultura y la conciencia de los trabajadores. Los pueblos de la U.R.S.S. lograron en este período grandes victorias a pesar de todas las consecuencias negativas del culto a la persona de Stalin. Pero los éxitos habrían sido aún mayores de no ser por los errores de Stalin y por el culto a la personalidad.

Así, pues, el culto a la personalidad es ajeno a todo el espíritu y a las necesidades del movimiento socialista; es incompatible con el marxismo-leninismo. No en vano Marx, Engels y Lenin combatieron siempre toda manifestación del mismo, mostraban una repugnancia fisiológica por la adulación y las alabanzas y en repetidas ocasiones pusieron en guardia a la clase obrera y a su partido contra el peligro que la exaltación y el enaltecimiento de los dirigentes representaban.

Fiel al espíritu de estas tradiciones del movimiento socialista, el Partido Comunista de la Unión Soviética ha emprendido una decidida lucha contra el culto a Stalin, lucha que comprende un trabajo de educación e ideológico y medidas encaminadas a hacer imposible la reaparición del culto a la personalidad, a fomentar la democracia socialista y a restablecer las normas leninistas en la vida del Partido. Esta lucha tiene grandes alcances para todo el movimiento socialista.

La burguesía, y con ella los reformistas y revisionistas de toda laya, han tratado de aprovechar la crítica del culto a Stalin para difamar a la Unión Soviética y al régimen socialista, quebrantar el prestigio moral del Partido Comunista de la Unión Soviética y sembrar la discordia y la confusión en el movimiento obrero. Pero sus intentos han resultado fallidos. Pese a todos los esfuerzos de los servidores del imperialismo, la lucha contra el culto a la personalidad ha traído consigo, en última instancia, un nuevo ascenso del movimiento socialista, que ha visto robustecidas su cohesión y su unidad.

Los partidos marxistas-leninistas han sabido salir también al paso de las concepciones nihilistas que negaban el papel de los dirigentes y de los chispazos anarquistas, atizados diligentemente por los enemigos del socialismo. La reacción siempre se mostró dispuesta a difamar y comprometer a los dirigentes de los trabajadores, considerando que así podría quebrantar y desorganizar el movimiento obrero. Pero las masas, en su inmensa mayoría, comprenden que el prestigio y la popularidad de los dirigentes de la clase obrera no tienen nada de común con la condena que el Partido ha hecho del culto a la personalidad. El prestigio y la popularidad no son sólo una consecuencia legítima de la labor de los mejores dirigentes de la clase obrera. Son también un arma importante del movimiento obrero en la lucha por el socialismo, y así nos lo dice toda la experiencia de la lucha que el proletariado mantiene por su emancipación. Sin dirigentes prestigiosos, vinculados a las masas y populares entre ellas, no hay movimiento socialista organizado, son imposibles los grandes triunfos en la lucha por el socialismo. Los mejores jefes de la clase obrera, íntimamente unidos al pueblo y que dirigen acertadamente la lucha de los trabajadores por sus vitales intereses y sus ideales, cumplen una señalada misión en la historia y se hacen acreedores al amor del pueblo.

domingo, 14 de junio de 2009

"Gobierno debe regular margen de ganancia"

Por ser esta una propuesta del Partido Comunista de Venezuela, estamos reproduciendo la nota, la cual tomamos de Aporrea.org

Afirma dirigente Luis Figuera: "Gobierno debe regular margen de ganancia"

figuera.prensa@yahoo.es - www.aporrea.org

14 de junio de 2009.- El Miembro del Partido Rojo, Luis Figuera, sostuvo que el gobierno venezolano debe regular el margen de ganancia de algunos rubros, es inadmisible que el gobierno haga esfuerzos por mantener un control cambiario, que permita una fortaleza real de nuestra economía, y por otro lado los empresarios que reciben los dólares preferenciales, pretendan mantener un margen de ganancia en función del dólar libre. Las tasas de retorno de la inversión de los capitalistas venezolanos, se ubica entre una de las más altas del mundo, llegando incluso muchas veces a ser superior porcentualmente a la de algunos países del capitalismo desarrollado como Inglaterra y los EEUU. Esta conducta genera la llamada honda especulativa que recorre toda la cadena de comercialización causando distorsión en la economía real, y generando un impacto inflacionario que deteriora el poder adquisitivo del consumidor final.

Figuera señaló que es necesario revisar toda la cadena de comercialización, con el objetivo de fijar márgenes de ganancia razonables, es increíble que a través de internet, se pueda adquirir un pantalón importado por un precio de 160 bolívares fuertes, el mismo pantalón tiene un precio de 300 Bs F en una tienda, es decir un incremento del 87,5%. En el caso agroalimentario el margen de ganancia de los supermercados en España, se ubica entre 3% y 6%, sin embargo en Venezuela según estudios realizados por El Sistema Integral de Control Agroalimentario, oscila entre 30% y 50%, a pesar de que el agro cuenta con subsidios.

La idea debe ser en un inicio regular los márgenes de ganancias de aquellos rubros para los cuales se solicitan dólares a CADIVI, para adquirirlos o para comprar maquinarias que van ser utilizadas en el proceso de producción de estos bienes. Los empresarios venezolanos deben comenzar a sincerar sus ganancias y a entender que el mundo comienza a avanzar por una nueva senda donde el empresario debe asumir una responsabilidad social.

viernes, 12 de junio de 2009

Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras

El partido comunista en El Municipio Los Guayos, en esta su primera publicación a través de este medio, ha elegido como su primera contribución al proceso de profundización de la revolución, la reproducción del material “Anteproyecto de Ley de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras”, el cual sale publicado en la Tribuna Popular, órgano de el Comité Central del Partido Comunista de Venezuela.

PROYECTO DE LEY
CONSEJOS SOCIALISTAS
DE TRABAJADORES Y TRABAJADORAS

PARTIDO COMUNISTA DE VENEZUELA

“El Socialismo sigue siendo la esperanza de los pueblos”

EXPOSICION DE MOTIVOS
El momento, que vive nuestra patria, de profundización del Proceso Revolucionario en vías hacia el socialismo, exige que los trabajadores y trabajadoras cuenten con un instrumento jurídico que les permita ejercer un papel protagónico en el desmontaje del aparato que sirve a un estado basado en la explotación del ser humano, para la obtención de la máxima ganancia para una clase social, la burguesía. Necesita un instrumento que haga posible transitar la vía hacia el ejercicio del trabajo basado en valores diferentes, no de subordinación, sino en un plano de igualdad, de responsabilidad, de cooperación, de solidaridad, de corresponsabilidad, donde los seres humanos laboren con la finalidad de dotar a toda la población de los bienes y servicios necesarios para su existencia y para el desarrollo social.
Este instrumento jurídico asume el trabajo como una actividad donde el trabajador y la trabajadora debe concebir su desempeño como un espacio para desplegar su creatividad, para conseguir su propio desarrollo, donde se incorpora con todas sus capacidades y destrezas que la misma sociedad le ha ayudado colectivamente a desarrollar. Se concibe el trabajo como la aplicación de la culminación de una preparación educativa para la vida propia y para contribuir al bienestar y la felicidad colectiva. En esta actividad del trabajo, el ser humano puede ejercerla tal como dice el Artículo 2 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”.
Le da sustento constitucional a esta Ley, entre muchos otros artículos, los siguientes artículos: Artículo 3 de nuestra Carta Magna que dice: “El Estado tiene como sus fines esenciales la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios, derechos y deberes consagrados en esta Constitución.
La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para garantizar dichos fines.” También el Artículo 4 que nos habla de los principios de cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad. El Artículo 62 cuando afirma el derecho de libre asociación y habla de la participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública como el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo.
El Artículo 70 de la Constitución cuando habla de la participación y el protagonismo del pueblo en las diferentes formas incluyendo la iniciativa legislativa, constitucional y constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de ciudadanos y ciudadanas cuyas decisiones serán de carácter vinculante.
Así también sustentan constitucionalmente esta propuesta legislativa:

Artículo 132: “Toda persona tiene el deber de cumplir sus responsabilidades sociales y participar solidariamente en la vida política, civil y comunitaria del país, promoviendo y defendiendo los derechos humanos como fundamento de la convivencia democrática y de la paz social.”
Artículo 204: “La iniciativa de las leyes corresponde:…Numeral 3… A los y las integrantes de la Asamblea Nacional, en número no menor de tres…”
Para citar sólo algunos de los artículos de nuestra Constitución que le dan base constitucional a esta propuesta.

Fundamentos políticos de la propuesta.

Por qué los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras:
Tal como lo enseña la experiencia histórica de lucha de otros pueblos y la propia nuestra, el proceso de tránsito al socialismo exacerba las contradicciones de clase, produciendo nuevas definiciones, deslindes, reagrupamientos y composición de alianzas, cuyo desenlace estará en correspondencia con la correlación de fuerzas que se constituya en la sociedad.
De allí entonces, que ese curso y desenvolvimiento previsible de los acontecimientos de la lucha de clases, nos demande superar las inmensas debilidades presentes en uno de los sujetos fundamentales de la Revolución Socialista: la Clase Obrera y demás sectores de trabajadores/trabajadoras.
Ganar la conciencia de los diversos sectores de la clase obrera para el socialismo, elevar su nivel de organización, superar la división orgánica del movimiento obrero y sindical y contribuir en la transformación de la clase en vanguardia de la revolución social, es la tarea más importante y urgente.
Sólo por ese camino se podrá superar, a favor de las fuerzas consecuentemente revolucionarias y en interés del pueblo trabajador, la contradicción fundamental existente en la sociedad capitalista, la que se expresa en la producción colectiva de los bienes materiales versus apropiación individual de la plusvalía, resultante de dicho proceso productivo e intelectual, creando así las condiciones materiales y espirituales, objetivas y subjetivas, para la construcción del socialismo.
Estamos, en consecuencia, proponiendo la creación de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras, como expresión política unitaria de éstos, por encima de su condición gremial o sindical, a fin de que sus intereses se encuentren legítimamente representados y puedan actuar de manera revolucionaria en el control de los centros de trabajo, el diseño, ejecución y seguimiento de sus políticas y procesos laborales, de producción y distribución social de sus ganancias, y como expresión del poder popular que incluso trascienda el ámbito de los lugares de trabajo para que influya en la política nacional, en la planificación del estado, en los sitios de vivienda y en los territorios de los consejos comunales para imprimirles a éstos el sello de la conducción proletaria y los cambios de conciencia necesarios para la construcción del socialismo.

Las tareas de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras:

La propuesta legislativa plantea el concepto de "control obrero" como un proceso de transición del modo de producción capitalista a la propiedad socialista y busca que los trabajadores ejerzan "procesos de control sobre la producción, la planificación y el uso eficiente de los recursos".
De esta manera podemos impedir que los propios patronos intenten acciones desestabilizadoras desde los centros productivos, pues la conciencia de los trabajadores habrá avanzado, al igual que su organización.
Este mecanismo, aspiramos, servirá para luchar contra los monopolios y oligopolios; al tiempo que revertirá los valores capitalistas en el sector productivo. "Los trabajadores podrán administrar, opinar y formular políticas".
Los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras desarrollarán la administración completa de las empresas en el caso de las nacionalizadas o cogestionada con el Estado y, de manera conjunta con los empresarios, en las empresas cogestionadas con el sector privado, hasta su paso total del monopolio a manos de la administración de los trabajadores.

Del control obrero a la administración de la economía

En este sentido, la reivindicación del control obrero es sólo una medida transicional adoptada por los trabajadores en el transcurso de la lucha, como parte del programa por la total transformación socialista de la sociedad.
Mientras que el control obrero se desarrolla desde abajo, desde el taller hacia las plantas de arriba, la administración obrera se desarrolla desde arriba, y sólo tiene sentido en términos de una economía socialista planificada, con unos monopolios nacionalizados.
Eso significaría que los trabajadores dirigirían el plan global de la economía, tomarían las decisiones generales sobre inversión y los planes de crecimiento para satisfacer las necesidades de la población.
La nueva economía socialista define que la propiedad de la industria no puede seguir en manos de los capitalistas. Sólo la propiedad pública de los monopolios garantizaría la administración y el control de los trabajadores de las fábricas y de toda la cadena productiva. Los trabajadores desarrollarían nuevas formas de organización para la gestión de la economía….
En un paso superior del desarrollo de la sociedad socialista, estos Consejos de Socialistas de Trabajadores englobarían a todos los sectores de la clase obrera, incluidos inquilinos, amas de casa, estudiantes, pensionistas, así como organizaciones sindicales e industriales de los trabajadores, Consejos Comunales, etc.. Se celebrarían elecciones regulares de delegados, sujetos a la revocación inmediata, los funcionarios no cobrarían más del salario de un trabajador cualificado, así se salvaguardaría a los trabajadores del crecimiento de una burocracia que pueda usurpar el poder.
Esta propuesta trasciende los límites de la cogestión y de la contraloría social. "No hablamos de cogestión sino de control. Los consejos de trabajadores son parte de la sociedad y propietarios de ese bien (el lugar donde laboran) y, en consecuencia, tienen la obligación de garantizarle al conjunto de la población que ese bien produzca de manera eficiente, oportuna y suficiente en interés de todos".
El legislador detalla que en los consejos de trabajadores tendrán cabida todos aquellos que formen parte de una institución pública o privada. Se propone que sean "instancias democráticas de ejercicio de control sobre los procesos complejos productivos y las estructuras orgánicas que existen en el seno de los centros de trabajo", incluidos los sindicatos.
Uno de los principios que se incorporó al proyecto de ley se refiere a la estabilidad laboral. Para que se pueda ejercer la democracia interna en las instituciones privadas o públicas, hay que tener estabilidad permanente con el objetivo de garantizar que la opinión y la participación del trabajador no sea reprimida con el despido.

Proyecto de Ley

LA ASAMBLEA NACIONAL
DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA
DE VENEZUELA
D E C R E T A
la siguiente,

LEY ESPECIAL DE LOS CONSEJOS SOCIALISTAS DE TRABAJADORES Y TRABAJADORAS

Capítulo I

Disposiciones Generales

Objeto


Artículo 1. La presente Ley tiene por objeto establecer el ordenamiento jurídico para la constitución y funcionamiento de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras en el marco del ejercicio del derecho constitucional de los trabajadores y trabajadoras a la participación protagónica y al ejercicio del control directivo en los procesos productivos, administrativos, políticos y socioculturales en los centros de trabajo y áreas de actividad laboral; así como su incidencia protagónica en los procesos sociopolíticos en los ámbitos locales, regionales y nacional, impulsando la transformación integral del sistema socioeconómico sobre la base del fortalecimiento de la propiedad social y colectiva, el ejercicio del papel dirigente de la clase trabajadora en la construcción de la nueva sociedad, el desarrollo armónico de la economía y la justa distribución de la riqueza.
Ámbito de aplicación.

Artículo 2. Las disposiciones de esta Ley son aplicables a todo centro de trabajo, establecimiento de trabajo y área de actividad laboral, de carácter público, privado o mixto existente, o que se establezca en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela. De igual modo, es aplicable para aquellos centros de trabajo instalados por la República fuera del territorio nacional con personal venezolano.

Definiciones

Artículo 3. A los efectos de esta Ley se entiende por:

Consejo Socialista de Trabajadores y Trabajadoras: es una de las organizaciones fundamentales del poder popular, concebida específicamente para la participación protagónica de los trabajadores y trabajadoras en el ejercicio real y efectivo del control sobre los procesos productivos y administrativos y para ejercer la dirección de los procesos sociopolíticos en los centros de trabajo y áreas de actividad laboral en general, incidiendo de manera protagónica también en la dinámica social, política, económica y cultural del proceso revolucionario venezolano, con el fin de crear las bases materiales y espirituales para la construcción, consolidación y desarrollo de las relaciones socialistas de producción. No son organizaciones sindicales ni sustituyen las funciones propias de estas, aunque pueden compartir responsabilidades y apoyarse mutuamente, sobre todo para formar la conciencia de clase, procurar la unidad de los trabajadores/as y salvaguardar sus derechos sociales, económicos, culturales y políticos.

Centro de trabajo: toda unidad de producción de bienes y servicios, de carácter público, privado o mixto, donde labora un número determinado de trabajadores y trabajadoras bajo relación de dependencia respecto al patrono o patrona. En la definición de centro de trabajo de carácter público, se incluye a los entes e instituciones de la administración pública nacional, estadal y municipal. La definición de centro de trabajo de carácter privado, incluye aquellas cooperativas que contraten mano de obra bajo relación laboral dependiente.

Área de actividad laboral: todo espacio en el que se desempeña una actividad laboral generadora de bienes o servicios de cualquier índole, bajo relación de dependencia evidente o simulada con respecto a un patrono o patrona.

Trabajador y trabajadora: toda persona natural que realiza una labor de cualquier índole, sea de carácter manual o intelectual, por cuenta ajena y bajo la dependencia de un patrono o patrona, recibiendo en contraprestación una remuneración.

Patrono o patrona: se refiere al propietario privado del medio de producción, así como al personal contratado para representar sus intereses en el centro de trabajo; en los centros de trabajo de carácter público, que no hayan sido socializados y donde por tanto los trabajadores no ejerzan el control directivo sobre el proceso productivo y administrativo, se identifica como patrono público a quien ejerce la representación del ente público propietario.

Propiedad social: es la propiedad de todo el pueblo sobre los medios de producción (fábricas, maquinarias, instalaciones industriales y de servicios, capital, tierras, tecnología y medios de trabajo en general); la propiedad social es la base de las relaciones socialistas de producción, en la que el Estado socialista ejerce la representación del pueblo y tiene a su cargo la planificación central participativa, mientras que los trabajadores y trabajadoras a través de los Consejos Socialistas de Trabajadores ejercen el control directivo sobre el proceso productivo y administrativo, participando en la definición de los planes. Los centros de trabajo bajo propiedad social son empresas socialistas.

Propiedad colectiva: es la propiedad sobre los medios de producción ejercida parcial o totalmente por los trabajadores y trabajadoras que laboran en un determinado centro de trabajo, bajo las figuras de cooperativas autogestionarias o bajo las diversas modalidades de cogestión; la propiedad colectiva no sustenta a la economía socialista pero puede alcanzar cierto desarrollo durante el periodo de transición sobre todo en sectores productivos pequeños y medianos, particularmente en el campo.

Planificación central participativa: es el proceso de diseño, ejecución y evaluación de planes económicos, trazados y dirigidos de forma centralizada por el gobierno revolucionario con la participación protagónica y democrática de los trabajadores y trabajadoras desde los centros de trabajo, a los fines de promover, desarrollar y consolidar la economia productiva socialista, basada en la propiedad social sobre los medios de producción y la distribución socialista, basada en los principios de equidad distributiva y justicia social.

Asamblea de trabajadores y trabajadoras: Es la instancia primaria de participación y protagonismo de los colectivos laborales para las tomas de decisiones respecto a los objetivos y atribuciones de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras; y estará integrada por los trabajadores y trabajadoras, permanentes u ocasionales, activos, jubilados y pensionados de la empresa o centro de trabajo respectivo, que participen en la misma. Como expresión del poder constituyente de los trabajadores y trabajadoras, sus decisiones son de carácter vinculante para el centro de trabajo y para el Consejo Socialista de Trabajadores y Trabajadoras respectivos.

Comité de Gestión: estructuras de trabajo colectivo de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras, organizados en el centro de trabajo para ejercer funciones específicas en el proceso de gestión directa de la producción o el servicio, así como para asumir funciones sociopolíticas y socioculturales, en el proceso de formación de una conciencia socialista entre el colectivo laboral. El Comité de Gestión articulará y promoverá la participación de los trabajadores y trabajadoras en las diversas áreas de trabajo y funcionales de su competencia, de acuerdo a la particularidad del centro de trabajo: si es público o privado o en proceso de recuperación por el estado y los trabajadores; según la naturaleza de la actividad, si es de producción o servicios; o según su complejidad o dimensiones.

Consejeros y consejeras: es el trabajador o trabajadora electo o electa en Asamblea, para ejercer la coordinación y la representación de cada Comité de Gestión; de reconocida solvencia moral, espíritu unitario, capacidad de trabajo colectivo y compromiso y lealtad con los intereses supremos de su clase.

Capítulo II

De los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras

Artículo 4. En atención a lo previsto en el artículo primero de esta Ley, en cada centro de trabajo de carácter público, privado o mixto, o en proceso de recuperación y socialización por parte del estado venezolano, se constituirá un Consejo Socialista de Trabajadores y Trabajadoras por decisión de la totalidad o una parte del total de los trabajadores y trabajadoras de un centro de trabajo, determinada en asamblea convocada a tal fin, haciéndose constar en acta suscrita por los asistentes a la misma. El patrono o patrona, así como las autoridades públicas, los reconocerán como organizaciones de pleno derecho y no podrán obstaculizar u obstruir su constitución ni su funcionamiento. Toda acción o decisión contraria a su constitución y funcionamiento es nula y acarreará sanciones a quienes las ejercieran o adoptaran.

Articulo 5. Los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras serán integrados por todos los trabajadores y trabajadoras identificados con los objetivos de estos, independientemente de la organización sindical a la que estén afiliados y afiliadas.

Artículo 6. Sólo podrá existir un Consejo Socialista de Trabajadores y Trabajadoras por centro de trabajo.

Artículo 7. La asamblea de trabajadores y trabajadoras determina los comités de gestión que se constituyen en cada centro de trabajo y elige a sus consejeros o consejeras y otras responsabilidades, según las funciones generales (productivas, administrativas, sociopolíticas, formativas, etc.) de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras y en atención a las particularidades de cada centro de trabajo. De igual modo, en asambleas se determinarán los planes de trabajo y se evaluará su cumplimiento.

Artículo 8. Las asambleas tomarán decisiones con el voto favorable de la mitad más uno de sus participantes. La asamblea tendrá validez con la asistencia del 51 % de los trabajadores y trabajadoras que hayan sido objetos de una primera convocatoria, de no completarse este quórum la asamblea será validada en una segunda oportunidad, con la asistencia por lo menos del 25 % de los convocados.

Artículo 9. Los consejeros, consejeras y demás responsables de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras, designados en asamblea, no podrán ser constreñidos ni impedidos en el cumplimiento de sus funciones, de igual modo no podrán ser despedidos, trasladados o desmejorados en sus condiciones de trabajo sin causa justa previamente calificada por la instancia correspondiente.
De los Consejeros y Consejeras

Artículo 10. Los consejeros y consejeras tienen como funciones, entre otras que puedan ser aprobadas por las asambleas de trabajadores y trabajadoras: ser los coordinadores y voceros de cada uno de los Comités de Gestión; el conjunto de los consejeros y consejeras de un centro de trabajo, funcionando como colectivo, coordinará todo lo relacionado con el funcionamiento del Consejo Socialista de Trabajadores y Trabajadoras, instrumentarán sus decisiones y la comunicación de las mismas ante las instancias correspondientes, convocarán y organizarán las asambleas ordinarias y extraordinarias de los Consejos Socialistas de Trabajadores. Los consejeros y consejeras rendirán cuentas ante las asambleas de trabajadores y trabajadoras y podrán ser revocados por estas, con el voto favorable de la mayoría, si incurren en violaciones a las decisiones de las asambleas o si, en general, trasgreden los principios que rigen la actuación de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras; los consejeros o consejeras revocados no tendrán opción a ser electos nuevamente. Los consejeros y consejeras serán electos por las asambleas de trabajadores y trabajadoras para un periodo no mayor a seis (06) meses, pudiendo ser reelectos o reelectas durante cuatro (4) periodos continuos. De la independencia del Consejo Socialista de Trabajadores y Trabajadoras

Artículo 11. El Consejo Socialista de Trabajadores y Trabajadoras actuará soberana y libremente de acuerdo a sus decisiones colectivas, adoptadas fundamentalmente en asambleas de trabajadores y trabajadoras, en base a los principios de clase del movimiento obrero y en el marco de la presente Ley y de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. En tal sentido, mantendrá total independencia frente al patrono (si lo hubiese) y sus propósitos. En los centros de trabajo bajo propiedad privada, los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras, en tanto órganos para la acción colectiva independiente de la clase trabajadora, no cumplirán acciones de colaboración con el patrono o patrona en el proceso productivo y administrativo de las empresas a los fines de incrementar la rentabilidad, elevar las ganancias y fortalecer el dominio del capital sobre el trabajo.

De la Estabilidad Laboral general y permanente

Artículo 12. A partir de la aprobación de la presente Ley, ningún trabajador o trabajadora, bajo dependencia de un patrono o patrona público o privado, sin distinción alguna, podrá ser despedido ni despedida sin justa causa previamente calificada por una instancia de protección de la estabilidad laboral que se crea a tales efectos, con la participación de un funcionario del Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y una representación de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras. Todo despido directo o indirecto sin calificación previa por la instancia mencionada será declarado nulo. Toda renuncia a la relación laboral producto de presiones y amenazas patronales, será considerada despido ilegal y en consecuencia quedará sin efecto. El derecho a la estabilidad laboral no será canjeable por indemnizaciones pecuniarias de ningún tipo.

Principios que guían los Consejos Socialistas
de Trabajadores y Trabajadoras.

Artículo 13. Como organización de los trabajadores y trabajadoras, los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras actuarán bajo los siguientes principios supremos e irrenunciables: la independencia de clase, la unidad y solidaridad clasista y popular, la lucha por la liberación de toda explotación del trabajo, la disciplina consciente, el ejercicio de la crítica y la autocrítica, la dirección colectiva, el internacionalismo proletario. Su accionar se orienta igualmente, conforme a los principios constitucionales de: corresponsabilidad, cooperación, rendición de cuentas, honestidad, eficiencia y eficacia en el trabajo, equidad, justicia e igualdad social y de género.

Funciones, Fines y atribuciones de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras

Articulo 14. Son funciones, fines y atribuciones de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras

1.- La acción organizada y consciente de los trabajadores y trabajadoras en lucha contra la explotación del trabajo, por consolidar la independencia nacional y construir una sociedad socialista, asumiendo la defensa de los intereses supremos de la clase trabajadora y del pueblo en su conjunto, frente a los planes de dominación de los monopolios transnacionales y en general ante las pretensiones antinacionales, antipopulares y lucrativas de los dueños del capital, o quienes actúen en representación de sus intereses.

2.- La participación protagónica de la clase obrera y trabajadora en general en la gestación y desarrollo del nuevo modelo económico y social del país, basado en la preeminencia de las relaciones socialistas de producción, con el fin de establecer la distribución justa y equitativa de la riqueza, el desarrollo sostenido de las fuerzas productivas, la promoción, el desarrollo y la consolidación de la propiedad social, la formación de una ética y una con ciencia socialistas, de clase, hasta suprimir toda forma de explotación del capital sobre el trabajo y satisfacer, en consecuencia, las necesidades materiales y espirituales de todo el pueblo.

3.- Organizar e implementar en los centros de trabajo en general, el ejercicio del control por parte de los trabajadores y las trabajadoras de los procesos productivos, administrativos y sociopolíticos, de acuerdo a las particularidades de las entidades productivas o de servicios.

4.- Organizar e implementar la participación protagónica de los trabajadores y trabajadoras, desde los centros de trabajo de carácter público o de propiedad social, en el diseño, ejecución y evaluación de los planes de gestión económica, tanto en el ámbito de la empresa correspondiente, como en la rama productiva o de servicios respectiva, así como en la economía nacional en general, en el marco de la planificación central participativa de la economía socialista, que adelante el gobierno revolucionario de la República Bolivariana de Venezuela.

5.- La lucha frontal contra todas las formas de corrupción administrativa y operativa, las quiebras y cierres fraudulentos de empresas por parte de los patronos o patronas, la especulación, el acaparamiento y el desabastecimiento; por la erradicación de las desviaciones que, en general, existan o pudieran existir entre la clase trabajadora, entre otras: la deslealtad e insolidaridad de clase, el individualismo, la falta de ética laboral y las expresiones de indisciplina en los colectivos laborales, los vicios y toda manifestación que perjudique el objetivo de construcción de la sociedad sin clases sociales; desarrollar una ética y una subjetividad socialistas en el seno de la clase trabajadora, para su elevación como clase dirigente del proceso de transformación revolucionaria e la sociedad toda.

6.- El desarrollo de acciones colectivas de los trabajadores y trabajadoras, para evitar la interrupción parcial o total del proceso de producción de bienes y servicios, por parte de sus propietarios privados o quienes actúen en su nombre, o en general por iniciativa de particulares, con fines desestabilizadores y con la intención de perjudicar la soberanía nacional y/o los intereses del pueblo y los trabajadores, especialmente en aquellos centros de trabajo considerados estratégicos para la economía nacional.

7.- Pronunciarse respecto a la solicitud de solvencia laboral que tramite el patrono o patrona ante el organismo competente. A tales efectos podrá coordinar y articular con las organizaciones sindicales.

8.- Articular las diversas organizaciones de base de los trabajadores y trabajadoras en cada centro de trabajo y desarrollar iniciativas tendentes a lograr la coordinación, la unidad y la solidaridad entre los trabajadores y trabajadoras de diversos centros de trabajo de una misma zona o localidad geográfica, de una misma rama laboral independientemente de su ubicación geográfica y en general, entre la clase trabajadora en el ámbito nacional e internacional. A tales efectos se podrán constituir redes de Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras, en un mismo conglomerado industrial, o en un mismo espacio geográfico local, regional o nacional, así como otros mecanismos de coordinación que favorezcan la consecución de sus objetivos.

9.- La responsabilidad social respecto a su entorno comunitario, tendiendo a la unidad, la coordinación y la solidaridad mutua e interactiva, de carácter integral, entre los colectivos de trabajadores y trabajadoras y los habitantes de las comunidades, particularmente a través de los consejos comunales adyacentes al centro de trabajo.

10.- La participación protagónica en la defensa integral de la nación mediante su incorporación activa en los distintos componentes y estructuras constituidas formalmente para tal fin, así como en otras instancias apropiadas para la defensa de la patria y de los intereses del pueblo, desde los centros de trabajo y los conglomerados industriales.

11.- Desarrollar un proceso permanente de formación y capacitación de los trabajadores y trabajadoras, para dotarlos de destrezas en el ejercicio de la gestión productiva y administrativa en los centros de trabajo y formarlos en la teoría y práctica del socialismo científico.

12.- En todo centro de trabajo, acceder a la información contable y demás registros de información sobre los procesos productivos, administrativos, financieros y de comercialización, sin excepción alguna. Ningún patrón o patrona podrá negarse a entregar la información que requieran los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras.

13.- En el caso de las empresas estatales y entidades de la administración pública en general, ejercer el control de los procesos productivos y administrativos, en coordinación con las autoridades públicas correspondientes. En el caso de las empresas en proceso de recuperación, reactivación y socialización por parte del estado y el colectivo laboral, asumir el control y la reorganización de todo el proceso productivo y administrativo en combinación y coordinación con la autoridad designada por el gobierno nacional.

14.- En el caso de las empresas privadas que presenten dificultades operativas y/o administrativas o que se encuentren en situación de quiebra o cierre por causas atinentes al patrón, actuar en función de lograr su recuperación y reactivación por parte del estado venezolano. El Consejo Socialista de Trabajadores y Trabajadoras ejercerá la dirección, en combinación y coordinación con las autoridades públicas respectivas, en todas las fases del proceso de estudio, diseño y ejecución de proyectos y planes para la recuperación, reactivación y consolidación; en tales procesos participará la comunidad organizada mediante los consejos comunales. Toda unidad productiva o de servicios recuperada por la República Bolivariana de Venezuela pasa a ser propiedad social, ejerciendo los trabajadores y trabajadoras el control sobre todo el proceso productivo a través de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras.

Capítulo III

Disposiciones finales

Artículo 15. El Consejo Socialista de Trabajadores y Trabajadoras quedará formalmente constituido y bajo protección legal con la sola decisión de los trabajadores y trabajadoras reunidos en asamblea, expresada en acta constitutiva original con los datos y firmas de los trabajadores y trabajadoras asistentes. Un ejemplar del acta constitutiva original se consignará a la autoridad local más cercana del Ministerio del Trabajo y otro ejemplar del acta original se consignará ante el Consejo Nacional del Poder Popular en la instancia más cercana al centro de trabajo donde este haya sido constituido. Tales consignaciones deben entenderse como una simple notificación y no como una solicitud de registro legal o autorización para funcionar. No obstante, estos organismos podrán verificar la autenticidad del acta y la veracidad de los datos suministrados a solicitud de parte interesada. El Consejo Nacional del Poder Popular y las autoridades del Ministerio del Trabajo, sin excepción, solo recibirán la documentación de un Consejo Socialista de Trabajadores y Trabajadoras por centro de trabajo, cualquier controversia surgida en la constitución de algún Consejo Socialista de Trabajadores, será resuelta por la asamblea de los trabajadores y trabajadoras del respectivo centro de trabajo. Artículo 16. El Ejecutivo Nacional, en atención a sus atribuciones legales, procederá a la aprobación del Reglamento de la presente Ley.

Artículo 17. La Asamblea Nacional procederá a aprobar las modificaciones de la Ley Orgánica del Trabajo, en todos aquellos artículos en que colide o contraríe el presente texto legal.